En nuestro país, y de hecho en la mayoría de países europeos, se tiene la sensación de que cuantos más conocimientos y servicios desarrolle una empresa, tanto mejor le irá en su trayectoria profesional, pero eso no es precisamente así.
¿Quién no ha ido alguna vez a un restaurante cuya tarta tiene más de 100 platos distintos? Además del quebradero de cabeza que supone elegir un plato para comer con los amigos o la familia, este tipo de cartas interminables dan la sensación de que realmente no son buenos en nada. Además, estas cartas tan inmensas despiertan otro tipo de dudas e inquietudes. ¿Cómo pueden mantener frescos tanto género tantos días? A nadie se le escapa que si un restaurante ofrece 20 tipos de carnes, 20 tipos de pescados y 20 tipos de pastas, no todos los platos saldrán todos los días. En este caso, puede que esos boquerones en vinagre lleven congelados una semana y le metan un toque de microondas en el momento que alguien tiene la mala idea de pedirlos de aperitivo.
Yo, personalmente, prefiero los restaurante cuyas cartas apenas ofrecen una docena de platos y que están especializados en algún tipo de gastronomía en concreto. Por ejemplo, un restaurante especializados en carne de caza. A lo mejor solo tienen 10 platos, pero todos los comensales tendrán la certeza casi absoluta de que este establecimiento está realmente especializado en este tipo de gastronomía. Esto inspira confianza y probablemente, la carne salga todos los días, por lo que siempre tendrán productos frescos del día.
Pero esto se da también en muchos otros ámbitos profesionales. No es lo mismo una empresa que se dedique a la programación de aplicaciones a medida, que una que se dedique exclusivamente al desarrollo de software para talleres mecánicos, por ejemplo. Si ese fuera mi caso, y estuviera buscando un programa de gestión para mi taller de chapa y pintura, evidentemente confiaría más en la empresa especializada que en una empresa de desarrollo de software genérica que seguramente no controla las peculiaridades de un taller mecánico.
Un ejemplo muy conocido en países como Estados Unidos es el que representa a los profesionales de la salud. En España te puedes encontrar a grandes neurólogos que son realmente profesionales, nadie lo discute. De hecho nuestro país cuenta con los mejores médicos en este ámbito. Son neurocirujanos capaces de operar cualquier tipo de dolencia que afecte al campo de la cirugía cerebral. Sin embargo, en Estados Unidos es frecuente encontrar a un par de tipos, neurocirujanos, que están especializados concretamente en una rara patología neuronal que afecta al 10% de los pacientes con dolencias de este tipo. No son muchos, no trabajan todos los días, pero son los mejores del mundo. De hecho, cuando algún país distinto requiere a un profesional para una operación de una rara patología, acuden a ellos.
Y hablando de salud. Los centros de fisioterapia son un ejemplo muy claro en este tipo de temas. Hay muchos tipos de fisioterapeutas y muchas dolencias que se pueden tratar, desde fisioterapia específica para la recuperación de ictus, como fisioterapia para accidentes de tráfico. Desde fisioterapia para personas de la tercera edad como fisioterapia especializada en deportistas de élite. Desde fisioterapia manual a fisioterapia basada en la utilización de maquinaria de última generación, como el tratamiento con Indiba.
Desde nuestro humilde punto de vista, nunca recomendaremos visitas a un centro de fisioterapia general capaces de ayudar para cualquier tipo de patología, edad o rendimiento. Siempre recomendaremos visitar al centro de fisioterapia especializado en la patología en concreto que demandas en el momento en el que te encuentras.
Obvio ¿no? Pues aún así muchos creen en que abarca es ganar, y no se acuerdan nunca de la sabiduría del refranero español… «El que mucho abarca, poco aprieta«